Empezar las prácticas en el centro de Atención Temprana está siendo una experiencia súper bonita y llena de aprendizajes desde el primer momento. Nada más llegar, el equipo me recibió con mucho cariño, lo que hizo que me sintiera muy acogida y parte del grupo desde el primer día.
El primer día fue muy completo. Pude conocer el centro, ver los diferentes espacios y observar cómo se desarrollan las rutinas con los niños, niñas y sus familias. Me explicaron el enfoque que siguen, centrado en la estimulación temprana y en una intervención muy personalizada según las necesidades de cada niño. La verdad es que me encantó, porque conecta muchísimo con lo que he ido estudiando en el máster, así como en mis especialidades, y me dieron todavía más ganas de implicarme y aprender.
Una de las cosas que más me ha sorprendido es la gran coordinación que hay entre los profesionales. Desde el principio he visto lo importante que es el trabajo en equipo: logopedas, psicólogos, psicomotricistas, entre otros, todos están en constante comunicación para que la intervención sea lo más completa posible. Y se nota en cómo fluye todo.
También me ha parecido clave el contacto tan cercano que tienen con las familias. He podido ver cómo, después de cada sesión, ya sea en persona o usando herramientas tecnológicas, los especialistas se toman el tiempo de contar a los padres los avances, lo que se ha trabajado y cómo pueden reforzarlo en casa. Esa conexión familia-centro es fundamental para que todo tenga sentido y continuidad.
Me he centrado sobre todo en observar y entender bien cómo funciona todo: la dinámica del centro, la forma en que interactúan los profesionales con los niños y niñas, cómo se organizan las sesiones, etc. En este proceso, estoy tratando de identificar alguna necesidad concreta en la que poder centrar mi intervención. Aunque aún estoy valorando diferentes posibilidades, hay algo que me está llamando especialmente la atención: la necesidad de trabajar más aspectos relacionados con la Teoría de la Mente.
Creo que sería muy beneficioso incorporar actividades que ayuden a los peques a comprender que los demás pueden tener pensamientos, emociones o intenciones diferentes a las suyas. Por ejemplo, a través de juegos de roles, marionetas con pequeñas historias donde se representen distintos puntos de vista, o dinámicas con imágenes donde tengan que adivinar qué está pensando o sintiendo un personaje. Este tipo de actividades puede fomentar mucho la empatía, la comunicación y la convivencia.
Estoy valorando hacer una pequeña entrevista a la Directora y pasar un cuestionario breve a los profesionales del centro para poder conocer en qué punto se encuentran, en cuanto al nivel de conocimientos y actitudes para poder intervenir de una manera más eficaz. Asimismo, poder contrastar si esta necesidad que yo estoy detectando también la perciben ellos desde su experiencia diaria. Creo que puede ser una buena forma de asegurarme de que mi futura intervención responde realmente a una demanda del entorno y no solo a una percepción personal.
Por lo tanto, estos primeros días han supuesto un periodo de adaptación, observación y aprendizaje continuo. Me siento muy motivada, con ganas de seguir formándome, de aportar desde mis conocimientos y de continuar creciendo tanto a nivel profesional como personal. Estoy convencida de que esta etapa será una experiencia muy enriquecedora que contribuirá de forma significativa a mi aprendizaje.
Debatecontribution 0en Recibimiento y Acogida en los Primeros Días de Prácticas.
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